No sujeto a las convenciones de un estudio, Gabriel Orozco crea arte en la calle, en edificios abandonados y en los numerosos lugares en los que ha vivido y viajado. Su obra se caracteriza por su experimentación creativa e inventiva con objetos cotidianos, ejemplificada por sus icónica obra Black Kites, un cráneo humano cubierto con un intrincado tablero gráfico, que representa las dos facetas de la vida constantemente en conflicto.
En 2011, Casa Dragones colaboró por primera vez con Orozco en una Edición de Artista en honor a su retrospectiva de mediados de su carrera, grabando a mano su motivo de Black Kites y su firma en el decantador de cristal de Casa Dragones Joven.